El cartucho
Ya empezaron los petardos. La nena se aburre, hoy no va a haber regalos, el año nuevo no tiene sentido. Los mayores toman y se van contagiando una risa espesa. Los perros están atados en el fondo. Los sedaron. El Titán se quiere levantar y se le aflojan las patas, parece un potro recién parido que trata de dar los primeros pasos. Se tropieza y se da el hocico contra un cantero. La nena va corriendo, lo acaricia y deja que el perro le pase la lengua lenta por la cara. Se tira al piso con ellos y les da unos huesitos que robó del asado, pero ni los huelen, están idos. Te vas a ensuciar el vestido, chancha, la reta la madre. Ella hace un qué me importa con el hombro y la otra con la mano abierta le responde un te voy a dar. Dígalo con mímica. La nena se acuesta al lado del Titán, lo abraza y a la Raya la tantea con la punta del pie. Apenas se mueve. Podrían dormirse los tres así, como una familia de la misma especie. Pero los cuetes recrudecen, están cerca las doce.
Cuando al barrio se le acaba la pirotecnia, los estruendos se vuelven secos, cortos, puntuales. Andan pesados, dice el padre y sonríe, ya van a ver que no me achico. Tiene olor ácido y el blanco de los ojos teñido de amarillo. Se va adentro y vuelve exhibiendo la escopeta. La nena se para, se interpone entre el padre y los perros y grita que no los mate. ¿De dónde saliste, culosucio? No digas pelotudeces, estamos de fiesta. Y ahí nomás empieza a disparar a la tierra. Los perros aúllan echados. La nena llora con ellos.
Los cartuchos amanecen desperdigados por el jardín. Será que los perros se los comen, porque unos días después asoman a medio masticar entre sus soretes. El Titán y la Raya están más vivos que nunca. Al Titán le aparece algo rojo entre las patas. La nena no le saca los ojos de encima. ¿Un cartucho ahí? Le hinca las patas delanteras en el lomo de la Raya y trata de meterle el cartucho a la fuerza. La nena señala, se ríe de la pirueta. Pero aparecen los mayores con aire solemne, camine a cucha, le dice el padre a la nena y va con un palo a separar a los perros.